Iñigo Amézola 2010, el vino estandarte de la bodega se vuelve a vestir de tinto y de blanco.

• Con la añada 2010 los vinos más exclusivos de Amézola de la Mora se afianzan en el mercado como vinos de máxima calidad

15 de marzo de 2013, Torremontalbo.

Íñigo Amézola Tinto 2010 es un monovarietal de tempranillo que procede de la esmerada selección de uva con tres pasadas de la mimada Finca de San Quiles que se asoma al curso del río Najerilla a 500 metros de altitud.

Muy frutal y de toque balsámico, su vinificación se produce por despalillado y la fermentación maloláctica se efectúa de forma natural.

El tiempo de crianza es de ocho meses en barrica de roble francés y americano y 5 años de guarda estimada en botella.

Con la añada 2010 el prestigioso enólogo de la bodega, el francés Georges Pauli, ha logrado maximizar la potencia en boca y la estructura, gracias a la fermentación maloláctica en

barrica, pero respetando profundamente la fruta, una de las principales características de los vinos de la bodega.

Íñigo Amézola Blanco 2010 procede de la vendimia tardía de uvas seleccionadas de la finca María Antoñana, 5 hectáreas de viura plantadas en terrenos

próximos al cauce del Ebro. Fermentado en barrica sobre lías y con un battonage practicado dos veces por semana, guarda un tiempo de crianza de 5 meses en barricas de roble

francés nuevas (60 por ciento) y de primer año (40 por ciento).

Las bodegueras María y Cristina Amezola destacan el poder aromático y las buenas condiciones que presenta la viura para el envejecimiento en madera, su alto perfil acídico y su intensidad aromática frutal lo que hacen del Iñigo Blanco un vino sorprendente.

Ambos vinos se han lanzado con una edición limitada de 6.000 botellas cada uno y a un precio pvp recomendado de 18 euros.

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