Cuando una pareja toma la decisión de dar un paso más en su relación y contraer matrimonio, comienza la carrera por organizar la boda de sus sueños. Cada detalle cuenta, desde escoger una fecha adecuada, el sitio para la celebración, pasando por la decoración, o los looks de los novios. Lucía y Jordan fueron un novios de los que nos gustan, auténticos y “disfrutones”, que participaron de la organización y disfrutaron cada minuto del proceso.
Ellos se casaron un 3 de agosto, pero nunca olvidaremos que eligieron casarse en nuestra casa cuando las obras de nuestro Salón de Eventos acababan de empezar.
El lugar
Desde el primer momento que llegaron a la bodega lo tuvieron claro. “Nosotros nos veíamos, sí o sí, casándonos aquí”, dice Lucía. Y es que sin duda, el entorno de Bodegas Amézola es inigualable; una bodega con jardines, rodeada en sus 360 grados por viñedos, en plena naturaleza y con las vistas de la Sierra de Cantabria.
La llegada de los invitados
La llegada de los invitados se produjo andando. Los autobuses dejaron a los más de 200 invitados en la entrada de la bodega, para que realizarán los 50 metros que separan la entrada de los jardines dando un paseo idílico entre viñedos. A lo largo del recorrido se disponían mesas con aguas y zumos, y decoración para que los invitados pudieran disfrutar del paseo hasta la llegada a los jardines donde tendría lugar la boda civil. Los invitados ya entraban sorprendidos al evento… “no había hecho una entrada así en una boda en mi vida” se oía a uno de decir.
La ceremonia civil
La ceremonia civil tuvo lugar en los jardines enmarcados por los edificios en piedra de sillería. Los novios salieron de los diferentes edificios señoriales, dándole un aire bohemio y con mucho encanto a la propia ceremonia. La decoración campestre se componía de hojas de olivos y frutas cítricas.
La ceremonia se realizó con vistas a los viñedos y la Sierra de Cantabria, un escenario bucólico e idílico.
La logística
La logística corrió a cargo de Boal Eventos, unos profesionales excelentes que hacen que todo salga a la perfección. Su mobiliario era del estilo perfecto para una boda en nuestro viñedo, sencillo y con aires rurales. Borja y Alex hicieron que todo saliera rodado, dando apoyo al catering, a la bodega y a la wedding planner.
El cóctel
Para el cóctel los novios eligieron la terraza mirador a pie de viñedo. Al aire libre y entre viñedos los invitados disfrutaron un sitio único en La Rioja. En el cóctel pudieron disfrutar de un corner de quesos, otro de jamón, y otro de cervezas artesanas.
El banquete
Para el banquete los novios eligieron Deleitte Catering. Un catering que cuida los detalles, con gusto por la materia prima y el buen servicio.
El banquete tuvo lugar en el Salón de Eventos. Un salón preparado para 240 invitados sentados, y que tiene todos las comodidades; climatización, domotica en luces, y sonido, wifi, pantallas de plasma, etc y lo mejor… una pared acristalada con vistas al viñedo, y acceso directo a la terraza mirador.
Wedding planner
Los novios eligieron a Ágeles Silvestre para que coordinara todos los detalles de su gran día, y fue todo un acierto ya que no faltó de nada.
Todo estaba precioso y excelentemente coordinado. Desde el photocall, hasta las flores. Todo estaba precioso y todo salió a la perfección.
La decoración y los detalles
Para la decoración Lucía y Jordan querían objetos típicos rupestres y de la bodega. Desde palets, botellas, cajas de madera, y cestas de campo. Todo daba un ambiente rupestre al evento, en tonos neutros y paja como ellos querían y con flores silvestres de campo.
La orquesta y el primer baile
Ya cuando el sol comenzaba a caer lentamente los invitados salieron a otra zona del jardín a disfrutar de La Orquestina. Los primeros bailes al caer la tarde fueron divertidos y preciosos. Los novios sorprendieron a sus invitados con una plataforma 360 grados en la que podían realizarse videos y fotos ataviándose con divertidos disfraces con la naturaleza y el mar de viñedos como telón de fondo. “Las vistas aquí son increibles, da igual donde mires, todo es precioso” nos narra Andrea, una de las invitadas.
Las fotos
Lucía y Jordan aprovecharon estos momentos para salir con sus fotografos, los chicos de La Cueva Weddings, para realizarse fotos entre los viñedos. Las fotos no pueden ser más bonitas, la verdad, y para muestra un botón:
El baile
Ahora sí, cuando se iba haciendo de noche comenzaba la traca final. La terraza se comenzaba a iluminar, los viñedos también. Era el turno de Dj. Nick para poner el broche final.;2 horas de dj y baile en la que los invitados ( ¡todavía quedaban más de la mitad a esas horas!) lo dieron todo.
Esta boda fue un 10. Y con todo nuestro cariño les deseamos a Lucía y a Jordan un 10 y todos los éxitos en su vida.
¡Gracias!