El vino y el queso son alimentos deliciosos por separado e increíbles juntos, pero ¿a qué se debe?
Tanto el vino como el queso son elementos vivos que tienen historias paralelas; en el caso del vino lo denominamos levaduras, y en el caso del queso mohos, pero ambos son tipos de hongos que van fermentando en el tiempo.
Ambos se realizan de manera artesanal, con mimo y cuidado durante todo el proceso.
Además, el vino de Rioja de Amézola está elaborado mediante fermentación maloláctica, cambiando el ácido málico que contiene el vino joven, en ácido láctico, el cual es el mismo que el del queso.
Todos estos factores hacen que el vino y el queso sean una pareja irresistible, pero ¿en que consiste un maridaje?
El término maridar significa unir de forma armónica, es decir buscar sabores que casen, pero el simple hecho de tomar vino y queso juntos no tiene por qué ser un éxito, ya que un queso con sabor fuerte matará los matices olfativos y gustativos del vino, de ahí proviene el término “que no te la den con queso”, ya que en el medievo se daban esos dos elementos juntos cuando se quería vender un vino malo.
El maridaje se puede realizar por asociación o contraste, en el caso de la asociación se buscarán vinos y quesos que tengan similitudes y que se complementen. En el caso del contraste se buscarán vinos y quesos diferentes pero que no tapen los olores y sabores del otro, por ejemplo, podemos tomar un queso graso con alto contenido en sal con un vino oloroso o amontillado que aportará un toque dulce y neutralizará las grasas del queso.
Los factores que debemos tener en cuenta para elegir un vino y un queso, ya que estos factores son los que influyen en el sabor de uno y otro por separado son: tierra, origen y tiempo.
- Tierra: la tierra donde se produce tanto el vino como el queso afecta al sabor del mismo, no sabrá igual un vino que haya sido cultivado rodeado de pinos que uno que haya estado rodeado de flores, ya que adquiere aromas del entorno. De la misma forma, no sabrá igual un vino que provenga de tierra mineral, que de otra más arcillosa, etc. En el caso del queso, el factor tierra tiene que ver con la alimentación del animal (vaca, oveja o cabra), la leche y por consecuencia el queso, no sabrá igual si el animal ha sido alimentado con pienso compuesto, que si ha sido alimentado con cereales, que con flores y hierva del campo.
Para elegir tu maridaje una opción que siempre va bien, es elegir vinos y quesos de la misma zona, como nuestro maridaje en casa de nuestros vinos junto con quesos de Cameros. Estos se producen en el mismo área y la leche con la que se elabora proviene de ganaderos de la zona que crían y alimentan a sus animales de manera tradicional y natural. Puedes comprar tu pack aquí
- Origen: cuando hablamos de origen, nos referimos en el caso del queso a si proviene de cabra, vaca u oveja, o a una mezcla de las mismas. Y en el caso del vino, nos referimos a la variedad de uva: tempranillo, mazuelo, graciano, garnacha, viura, etc
- Tiempo: este factor hace referencia en el caso del vino a la crianza del mismo, si es crianza, reserva, gran reserva, etc. Y para el queso los meses de curación: semi-curado, curado, fresco, etc
Ahora que ya conoces los factores que influyen a la hora de realizar un maridaje, ¿Cómo elegir un vino que case con un queso? Lo principal que debes de tener en cuenta será la crianza, vinos con crianzas largas (reserva, gran reserva) maridarán bien con quesos fuertes, de la misma forma que vinos con poca crianza (blancos, rosados, jóvenes) maridarán bien con quesos frescos o suaves con poca curación.
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